Luz gastada, atenuada y precaria.
No será una diferencia de tinte,
sino más bien una variación de intensidad,
poco más que un cambio de humor en la persona que lo mira.
Lo bello no es una sustancia en sí sino tan solo
un dibujo de sombras, un juego de claroscuros
producido por la yuxtaposición de diferentes sustancias.
Así como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad,
emite una irradiación y expuesta a plena luz
pierde toda su fascinación de joya preciosa,
de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen
los efectos de la sombra.
Texto : Junichiro Tanizaki – El elogio de la sombra.
Fotografía : Lionel Márquez González